viernes, 24 de junio de 2016

Ciclo de vida de las organizaciones

Todas las empresas sin importar su naturaleza (bien o servicios, sector industrial,  tamaño, tipo de sociedad, etc.) surten etapas secuenciales y lógicas de crecimiento y evolución, esto implica las siguientes: Etapa de introducción, etapa de madurez, etapa de declinación y muerte; sobresaliendo en cada una de estas características particulares de estadios, comportamientos, aspectos emocionales y psicosociales en la organización y sus miembros.
Toda empresa surge con su concepción, esta fase hace referencia al nacimiento de una idea de negocios que se proyecta a corto o largo plazo una vez se han analizado los entornos del negocio (Análisis PEST), y cuando se considera viable la idea, al asumir el riesgo, se pasa con ticket directo a la siguiente fase, la fase de nacimiento: esta involucra los primeros pasos de funcionamiento en la organización, que inicialmente está encaminado a la subsistencia o supervivencia de la empresa en el medio, pues las políticas y procedimientos son prácticamente nulos en este estadio. Una vez la empresa ha arrancado en su funcionamiento, inicia su etapa de crecimiento, en donde lo necesario es ampliar la cobertura de su negocio, es decir generar ingresos por ventas y producción, no hay tanto interés en las tareas administrativas de documentación ni procedimentales. En esta fase el personal no es especializado en áreas ni tareas.

Sigue entonces la etapa de adolescencia, donde el crecimiento se dá con más celeridad, dándole más importancia a las tareas administrativas, se inicia la planeación e implantación de políticas y procedimientos. En esta fase existe mayor preocupación por capacitar al personal y especializarlo, el proceso de control es ejercido por unos pocos que tienen dificultades para confiarlo a terceros. Una vez terminada esta fase, se llega a una fase de organización, que se ramifica en 3 tipos así: Plena, estable y de la vejez. 

En estas se logra continuidad en el crecimiento de la empresa hasta alcanzar la estabilidad y crecimiento, buscando con prontitud la retribución financiera de su razón de ser; existe estabilidad de mercado y la empresa respira un ambiente de orden, seguridad y proyección por expandir el negocio a través de adquisiciones. Las líneas de jerarquías toman mayor valor y se le da más relevancia a lo superficial como privilegios de lugares de parking, tamaños de oficinas etc, desviándose gradualmente la fuerza empresarial al vacío.  

Lo anteriormente expuesto conlleva a que se pierda el interés de producir, vender e innovar de la organización y sus miembros, impactando en forma negativa los ingresos  y utilidades de la empresa, dándole paso a la fase de retiro. Por último llega la fase de desaparición, donde prácticamente no hay vuelta atrás pues su personal carga con actitud de fracaso, y poca visión- proyección, y sus ventas declinan; con esta última fase se cierra el ciclo de vida de una organización. 


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